¿Has realizado alguna vez movimientos
con los ojos cerrados? tocarte el hombro con la mano, llevar tu dedo a la nuca,
caminar, ¿y quedarte en equilibrio a la pata coja?....
Tal vez te hayas preguntado cómo lo consigues si no lo estás viendo. Puedes
hacerlo gracias a la propiocepción, una especie de sentido adicional,
encargado de transmitir al sistema nervioso central información, acerca de la posición
de tu cuerpo respecto al espacio y de qué manera se está moviendo, sin la
necesidad de tener ninguna referencia visual. Nuestro cerebro recibe
la información a través de receptores nerviosos distribuidos por todo el
cuerpo, en los músculos, articulaciones y ligamentos. Estos propioceptores
forman parte del mecanismo de control de la ejecución del movimiento. Es
un proceso subconsciente y muy rápido que realizamos de forma refleja.
Nuestro cuerpo utiliza este sentido
continuamente por tanto su entrenamiento es importante tanto en el deporte
como en la vida cotidiana. Numerosos estudios han mostrado la eficacia de
la aplicación de un “entrenamiento propioceptivo” en el descenso y la
prevención de lesiones en los deportistas y de una mejora técnica del deporte
en cuestión. En el día a día, la propiocepción asegura una reacción más rápida
ante situaciones inesperadas de inestabilidad o de necesidad de movimiento
(por ejemplo ante el riesgo de sufrir una caída al perder el equilibrio) por
tanto, está recomendado su práctica a todas las edades, ya que tanto en edad temprana,
como en edades más avanzadas reduce notablemente los riesgos de caídas y
lesiones derivadas de la carencia o falta de entrenamiento para desarrollar
estas capacidades.
Entrenamiento de la Propiocepción:
Es muy importante mantener una vida activa. El sedentarismo y la falta de actividad física, influyen negativamente sobre esta cualidad. No sólo se debe entrenar después de una lesión. Aunque está claro que en estos casos es primordial hacer una buena rehabilitación propioceptiva por el riesgo que corremos de que se repita la lesión, no debemos olvidarnos del factor preventivo y de que la propiocepción también afecta a nuestro movimiento y en consecuencia a nuestra postura. Por lo tanto, no olvides que todo ejercicio físico, y en especial el propioceptivo, también hace trabajar al cerebro. Entrenarlo siempre es un ejercicio magnifico para tu mente.
Es muy importante mantener una vida activa. El sedentarismo y la falta de actividad física, influyen negativamente sobre esta cualidad. No sólo se debe entrenar después de una lesión. Aunque está claro que en estos casos es primordial hacer una buena rehabilitación propioceptiva por el riesgo que corremos de que se repita la lesión, no debemos olvidarnos del factor preventivo y de que la propiocepción también afecta a nuestro movimiento y en consecuencia a nuestra postura. Por lo tanto, no olvides que todo ejercicio físico, y en especial el propioceptivo, también hace trabajar al cerebro. Entrenarlo siempre es un ejercicio magnifico para tu mente.
El método
Pilates contribuye de manera notable al entrenamiento del sistema propioceptivo a
través del conocimiento y conexión con el propio cuerpo por medio del trabajo y
la concentración. Mediante ejercicios diseñados para integrar el trabajo sobre
la estabilidad postural, el equilibrio con o sin la ayuda de elementos
inestables como el Fitball o pelota grande, mejora la coordinación, optimizando
así las actividades de nuestra vida diaria, mejorando los gestos técnicos de
nuestro deporte preferido y previniendo lesiones.
¿Quieres estar ágil,
ligero, dinámico y prevenir lesiones?.... Trabaja la propiocepción.
CUERPO+MENTE+CONCIENCIA
POSTURAL= propiocepción en la ejecución de ejercicios de Pilates.
PROPIO = Yo
CEPCIÓN = Tomar conciencia
de mí, cerciorarme de mi cuerpo.
La
propiocepción es la capacidad que tenemos a través de nuestro sistema músculo
esquelético de saber en qué posición nos encontramos, sin necesidad de utilizar
la vista. Así de manera autónoma somos capaces de adaptarnos a las
irregularidades del terreno y desajustes del medio que nos rodea y conseguimos
mantener la estabilidad articular bajo condiciones dinámicas.
Estos
receptores una vez que captan la información la envían al sistema nervioso
central para que de forma automática se desencadene una respuesta hacia el
aparato locomotor para ser emitida por este sistema.
Para
trabajar la propiocepción hay varias fases de progresión en su recuperación o trabajo en clase. En
un primer momento, el trabajo puede ser dinámico y activo, pero
dirigido, asistido y controlado por un profesor cualificado, ejerciendo presiones para
guiar, resistir y asistir los gestos articulares. Explicamos de forma
exhaustiva y detallada al alumno la secuencia de ejercicios, que irán siendo
más técnicos conforme se vaya recuperando o "despertando" el sistema propioceptor. Estos gestos se
tienen que realizar diariamente, y por eso, se adaptan para que el alumno los
pueda realizar en casa.
Se diseña
una progresión, que depende de la sesión y nivel de cada clase de ejercicios. En
esta, se pasa desde el decúbito supino con la movilidad sólo de la
articulación que se desea trabajar y siendo asistido por las indicaciones del profesor
de Pilates, a un plano estable en bipedestación y con el captor postural de la
vista, cambios de ritmo, hasta planos inestables con ojos cerrados, incluso
llegando a planos inestables móviles.